Palabras de apoyo

LEONOR MANSO

Granos de uva en el paladar es un proyecto que apoyo por la sensibilidad, dureza y firmeza que aportan los personajes que la anidan. Conociendo el trabajo de la autora de los cuentos en que se va a basar la obra, me aventuro a imaginar una puesta y adaptación de estos, llena de la luz, la metáfora y del compromiso que Susana Hornos transmite en sus proyectos y su vida personal. Los cuentos sorprenden por la madurez, lo sensorial y el mundo de imágenes que desarrollan. Aunque las historias transcurren en la España desde la segunda República, hasta nuestros días, pasando por la terrible guerra, Chusa, Alfredo y Miguel son reconocibles como lo son esos seres que están siempre en segundo término, callados, a un lado pero que son los encargados de llevar a cabo los grandes actos de coraje y valentía, los que la memoria de un pueblo necesita para crecer y seguir. Apoyo este montaje enérgicamente por que la asociación de actores españoles en Buenos Aires merece estar en  un lugar que preserva nuestra memoria, por el respeto y coraje con que ellos han decidido preservar la suya. 
Leonor Manso.


FEDERICO LUPPI

En general, cuando soy un espectador de teatro no me preocupa donde transcurre la historia, me interesa que me pase algo. Pero sí reconozco que no es común asistir a obras que, transcurriendo en un tiempo o lugar determinado, te transporten, por lo que ahí sucede, a tu propia vivencia y a la de tu país.  La primera vez que leí uno de los cuentos que van a adaptarse para este montaje, tarde en reconocer que estaban hablando de España, en todo momento sentí que el caminar del protagonista de “Miguel” era en tierras argentinas, cuando advertí donde transcurría, el cuento ya me había calado con todo su dolor, su esperanza y  su humor. 

Todos los países se ocuparon durante años, y se ocupan, de cubrir a sus muertes vergonzosas, de proclamar el olvido como solución a una forma de vida más cómoda, aséptica y en muchos aspectos, bochornosa para los pueblos que ocultan y pasan página. La idea de un muerto que se niega a seguir enterrado, que decide volver al lugar del que lo despojaron,  me atrapó, me conmovió y una parte, incluso mezquina de mí, se sintió complacido al percatarme de cuánto pasado vergonzoso compartimos, “no somos los únicos” pensé… sentí que la búsqueda de la no memoria nos pertenece a todos, a América Latina, al otro lado, a los que nos precedieron y los que vendrán. Necesitamos pasar la página, sin pensar, sin entender, pero hagámoslo…Es por eso que agradezco por encima de todo en esta propuesta, Granos de uva en el paladar, que estas dos mujeres necesiten, para pasar página, leer primero el libro en voz alta. Sino, no se puede. 

Apoyo el montaje, la puesta que tienen desarrollada por su sencillez y metáfora, el espíritu que las une, las personas que componen este equipo y su lucha por internacionalizar los miedos, preguntas y esperanzas entre nuestros países.  
Federico Luppi.